A la deriva… universitaria
- Por:
- STEVEN BERMÚDEZ
- Lunes, 10 de Agosto de 2015 a las 8:17 a.m.
Las crisis permanentes de las universidades autónomas y los monstruos autocreados que nadie quiere nombrar
Un hombre camina por la selva. Sus pies se posan sobre algo blando y movedizo. De inmediato siente la mordida. Más allá, la espiral de carne está dispuesta a atacarlo de nuevo. Su machete imposibilita la posibilidad aunque el veneno ya inicia la faena dentro de su cuerpo. Como último anhelo para retenerse la vida, se embarca en su canoa y se hecha al río. Allí, delira. Al final, deja de respirar y la canoa queda a la deriva. Este es, empobrecido hasta el asco, una síntesis de un cuento del uruguayo Horacio Quiroga. Como la canoa del cuento de Quiroga, la universidad autónoma venezolana, dicen, está a la deriva. ¿Quién o qué es su veneno?
Esta semana leí dos versiones universitarias del cuento de Quiroga. Una de un apreciado profesor de mi universidad (LUZ) y otra elaborada por un colectivo de profesores también de LUZ. Una dice y hace una cosa y, la otra, dice y hace otra. Una misma mordedura, pero distintos venenos. De ese modo se acoplan a la perfección a la lógica discursiva pública que habita en Venezuela desde hace mucho.
Lo interesante, para mí, son sus lógicas. En términos generales,la primera se limita a endosar la culpa de las “imperfecciones” universitarias a que el gobierno no da todo el dinero (presupuesto, lo llaman) y con eso “asfixia y somete”. En la segunda, se reparten los pecados.
En LUZ, cada dependencia (rectorado, vicerrectorados o decanatos) maneja su dinero y lo reparte como quiere y a quien quiere. Lo que la universidad produce como recursos propios es un misterio: nadie sabe cuánto es ni cómo se gasta. Para ascender a profesor asociado, desde los años setenta, se exigía el título de doctor, pero no fue sino hasta casi más allá del año 2007 cuando lo aplicaron sin restricciones. En el 2015, LUZ asignó a vigilancia Bs. 21.445.920 y a investigación apenas Bs. 9.803.757.En LUZ, las autoridades gritan que no les alcanza el presupuesto asignado y todos los años amenazan con un “cierre técnico”. Sin embargo, año tras año incorporan personal obrero y administrativo (más de mil, en los últimos años) con todo el desparpajo del mundo. Ya la proporción entre empleados, obreros y profesores está equiparada uno a uno, cuando la recomendación de eficiencia establece tres profesores por un empleado u obrero.
En el año 2013, LUZ solicito Bs. 2.556.863.801 de presupuesto. Al finalizar ese año había recibido Bs. 3.088.663.958. LUZ recibe presupuesto para funcionar los doce meses del año, pero apenas trabaja (a media máquina) siete u ocho. Saquemos cuentas: un mes de vacaciones en diciembre, un mes y medio de vacaciones en agosto y parte de septiembre y un casi un mes “a media máquina” en cada periodo intersemestral (entre la finalización de uno y el comienzo del otro). Esto sin contar los días de “paros activos”. La cuenta da casi cinco meses de paralización oficial y “legal”. En 2013, el CU de LUZ pagó deudas por servicios a tres empresas aparentemente diferentes. No obstante, tenían en su registro comercial a la misma directiva (es decir, ¿me explico?). En otra oportunidad, el CU desechó la oferta de licitación del comedor estudiantil a una empresa que ofrecía mejores precios porque esta no calculó “el plato navideño”. En LUZ, muchos empleados u obreros son primos, hermanos, cuñados, amantes, hijos, etc., de (ex)decanos/as, (ex)empleados(as), (ex)obreros(as), profesor(as), (ex)amante, por herencia monárquica. En un Consejo de Facultad, dos profesores tuvieron una lucha titánica de más de un mes para lograr que a otro profesor, identificado como “oficialista”, se le aprobara el cambio de dedicación; a pesar de que este profesor era quien más y mejores credenciales tenía. En LUZ, un miembro de la vigilancia interna (empleado universitario) participó en un robo masivo a una dependencia de la facultad donde él laboraba. Fue identificado y capturado por el CICPC (¡tenía mucho de lo robado en su casa!). El CICPC solicitó a las autoridades que le abrieran un expediente (en uso de su autonomía) para procesarlo. Este empleado se paseaba por la facultad sin problemas porque él no iba “a abandonar su empleo”. En LUZ pagas a mafias estudiantiles para que te dejen poner un cuadro en la pared de tu oficina. En LUZ, el Fondo de Jubilaciones, todos los meses, te extrae un porcentaje del sueldo y nadie sabe dónde está ese dinero ni para qué se usa. En 2014, el paro por las guarimbascostó Bs. 8.000.000.000, los cuales entraron a las arcas de las diferentes universidades a pesar de que no se trabajó. Según un punto de vista, el gobierno persigue a las universidades. Con todo, este gobierno nunca ha estado ni cerquita de hacer una auditoría y hasta acepta que entreguen con más de un año de retraso sus rendiciones de cuentas. No toquemos asuntos más transcendentales, por favor…
Dentro de las universidades autónomas existen engendrospropios. Así como muchos profesores universitarios se burlan del afán del gobierno de responsabilizar a la CIA por el fracaso de algunas de sus políticas públicas, a otros nos parece una verdad deformada que se eche la culpa al presupuesto por bastante de lo que no se hace en la universidad autónoma.
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