MANIFIESTO DE CARACAS
(propuesta para llevar al encuentro)
Aprobado
en el Encuentro Venezolano de
Universitarios Bolivarianos, realizado en la ciudad de Caracas, el 5 de
noviembre de 2015
Los
abajo firmantes, integrantes de colectivos de trabajadores y estudiantes
bolivarianos de distintas universidades públicas de Venezuela, nos reunimos en
Caracas para compartir los análisis y las perspectivas sobre la actual crisis
universitaria. Lo hacemos con la finalidad de aportar alternativas para la acción, las cuales conduzcan, a mediano plazo, a la superación de la actual crisis
universitaria. Por todo esto, nos dirigimos a la comunidad nacional para
exponer las siguientes conclusiones:
1)
Estamos en una coyuntura electoral decisoria
El
proceso electoral del 6-D ocurre en una compleja situación política y económica. Los trabajadores y el pueblo en
general están viviendo una decidida obstaculización para el acceso de los
alimentos, acompañada por una espiral galopante de inflación y especulación que
golpea el bolsillo de los asalariados y el ingreso de los hogares venezolanos.
Estamos convencidos de que una Asamblea Nacional con mayoría parlamentaria perteneciente a la
derecha puede proceder a la disolución y
recomposición (desde sus intereses mezquinos) de los poderes públicos claves, tales como el
Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral. Esto con el
objeto de promover una reforma constitucional que luego facilite la
convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. Todo esto tendrá el firme
propósito de desmontar las conquistas
sociales consagradas en logros como la Ley Orgánica del Trabajo,
el sistema público de salud, los esfuerzos por mejorar la educación pública,
promover un referendo revocatorio presidencial y bloquear la aprobación del
presupuesto nacional, entre muchas acciones desestabilizadores. Una hoja de
ruta así colocará sobre la mesa un plan de contrarreformas neoliberales. Ante
este contrataque del capital y por la defensa de las conquistas populares,
proponemos ni un solo voto para la derecha patronal. Llamamos a movilizarnos
este 6 de diciembre y a votar por los diputados que garanticen la aplicación de
un programa legislativo a favor de los trabajadores y el poder popular; así
como también exhortamos a acompañar los procesos de escrutinio y a la
vigilancia de los medios de comunicación interesados en subvertir el orden
constitucional vigente.
2)
La angustiante situación de diez
universidades públicas y autónomas
Un
número importante de universidades públicas venezolanas (10 universidades
dominada y administrada por la más recalcitrante derecha conservadora) padecen
una serie de situaciones problemáticas, entre las cuales podemos destacar:
a.
Una
supuesta crisis presupuestaria. Aunque el discurso de las
autoridades rectorales (vencidas en sus períodos), se ha afincado en una
supuesta asfixia presupuestaria generada por la asignación financiera
«deficitaria» del gobierno bolivariano, la realidad arroja otros datos. Como se
puede comprobar con números, año tras
año, la OPSU ha cumplido con otorgar (mediante presupuesto ordinario y créditos
adicionales) cifras cercanas al 100 % de lo originalmente solicitado por cada
institución. Serias deficiencias en las distintas vocerías gubernamentales han
demostrado su incapacidad para rebatir el discurso de los rectores opositores.
Esto ha permitido que la manipulación (la no demostrada asfixia presupuestaria)
termine siendo percibida como una verdad absoluta por la comunidad nacional.
b. La ausencia de contraloría
gubernamental sobre la ejecución presupuestaria de las universidades.
Se hace urgente una auditoría administrativa y académica de estas diez
universidades públicas venezolanas. Esto se justifica por las distintas
irregularidades fácilmente observadas en su gestión administrativa. Entre ellas
podemos mencionar el ingreso indiscriminado de personal obrero y
administrativo, el cual ya supera ampliamente los estándares que establecen un
personal administrativo-obrero por cada tres profesores. Otra no menos
vergonzosa es la asignación financiera para vigilancia y seguridad. Ella, en
algunos casos, supera cinco veces la asignación para investigación. No es menos
irregular la escasa apertura de concursos para personal docente ordinario y la
proliferación de los docentes contratados; así como la autoasignación, por
parte de las autoridades, de jugosas primas de jerarquía que alcanzan hasta los
144 000 bolívares anuales.
c. La crisis de legalidad y legitimidad
de las autoridades rectorales. Los Consejos
Universitarios han incumplido los
mandatos que tanto la Ley Orgánica de Educación en su artículo 34 como el
Tribunal Supremo de Justicia, han realizado en lo concerniente a exhortarlos a
la elaboración de un nuevo reglamento electoral. Un nuevo reglamento realmente
democrático, que permita la participación de los estudiantes, empleados,
obreros y profesores en la elección de sus autoridades. Esto ha conducido a la
situación actual en la que contamos con autoridades (rectores, decanos y
consejeros universitarios) cuyos períodos están vencido desde hace tres o
cuatro años. Una situación que amenaza con extenderse de manera indefinida al
no existir propuesta política alguna por parte del Estado (ejecutivo,
legislativo y judicial) para recuperar, en el corto plazo, la legalidad y la
legitimidad de las autoridades universitarias. La necesidad de una nueva Ley de
Universidades y de un reglamento electoral democrático y participativo
constituyen, hoy, prioridades para el desarrollo inmediato del proceso
educativo universitario. Esto supone que la A.N. que resulte electa el 6D
deberá acometer esta tarea estratégica para
desarrollar una nueva visión y una nueva misión del sector universitario
nacional.
d. La creación de ciencia y tecnología
parece no ser prioridad. Está planteada la interpelación profunda de la política de financiamiento y
seguimiento de la investigación científica,
tecnológica e innovación dentro de las universidades. Las instancias
competentes, tanto a nivel gubernamental (ONCTI, PEII), como de cada
universidad (los CDCHT), parecen desentenderse de la necesidad del
financiamiento y apoyo al proceso de investigación y de creación de nuevos
conocimientos pertinentes para la ejecución del Plan de la Patria. De una
investigación que garantice el bienestar general de las grandes mayorías y la
vinculación de nuestro sistema productivo a los espacios continentales de
integración económica. Por el contrario, la investigación universitaria
languidece en un contexto de crisis nacional y han dejado de ser una labor y un
compromiso central en nuestras universidades. Se convierten, así, en simples
instituciones reproductoras de saberes o simple productoras de profesionales
para un mercado laboral. Urge, entonces, recuperar la investigación en las
universidades como centro y como poder de transformación real de nuestra
realidad. Sin conocimiento emancipado no habrá desarrollo posible.
e. La paralización de actividades
docentes y las deficientes respuestas gubernamentales. La
huelga convocada por la Federación de
Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV)
mantiene paralizada la docencia en unas diez universidades públicas nacionales.
El conflicto se funda en una clara
intencionalidad política que busca agriar el escenario electoral de diciembre.
Ante ello, el gobierno bolivariano ha respondido con posturas tímidas, contradictorias y que contribuyen a la
prolongación de una huelga que amenaza con llegar al 2016. Esto cercena el
derecho al estudio de miles de estudiantes. Desde el 2013 hasta la fecha, se
han perdido la mitad de los períodos académicos, todos por conflictos espoleados por la FAPUV o por la oposición
venezolana.
f. La justa aprobación de la II
Convención Colectiva Universitaria y sus limitaciones.
Reconociendo la voluntad del gobierno bolivariano de cumplir con el derecho
constitucional a la contratación colectiva pese a la caída de los ingresos
públicos, reclamamos los perjuicios cometidos contra el personal docente. Derechos como la prima de antigüedad cobrada
por trabajadores administrativos y obreros o el pírrico aumento de la prima de
titularidad (un 20 %) son una muestra de ello.
También se perjudicó a los investigadores no docentes con título de
doctor al no concedérseles el bono doctoral que le pagan a los docentes. Estos
maltratos económicos generan malestar en la comunidad docente y administrativa
y no favorece a la comprensión adecuada de las bondades de la II CCU. La
propuesta de considerar la productividad de los profesores como dispositivo de
compensación salarial (quien más más productos académicos genere, que más gane)
tampoco ha sido nunca considerada en las convenciones colectivas
universitarias.
g. El secuestro de la universidad por una
burocracia conservadora. El ejercicio
de la autonomía ha sido sacado de su ámbito académico, científico y
organizacional para instalarlo en la generación de procesos de insubordinación
a la ley, a los reglamentos internos, a las instituciones del país. También ha
sido usada para el apoyo de salidas inconstitucionales y violentas en contra
del gobierno democráticamente electo por la mayoría en Venezuela. Se ha apelado
a la autonomía para hacer oscuros los procesos de administración universitaria.
Estas diez universidades conservadoras olvidan que la autonomía ha sido
reivindicada constitucionalmente para ser útil a la sociedad y la humanidad
toda. Sin embargo, solo apelan a ella para librarse de responsabilidades, para
ocultar acciones reñidas con la justicia social, para huir a la contraloría de
la sociedad venezolana o para proteger mafias estudiantiles que ensucian la
vida académica en general.
h. La desvinculación en la academia de
las prioridades nacionales y populares. Los procesos de
enseñanza-aprendizaje están sometidos a largos y engorrosos procesos
burocráticos. Ello impide su evaluación y actualización adecuada y mantienen
una discordancia con los objetivos definidos en el Plan de la Patria. La ausencia de mecanismos de evaluación de
desempeño de las carreras universitarias revelan la inconcordancia de una
universidad que se resiste a reconocer a la sociedad venezolana en sus nuevos
planteamientos y constantes retos.
i. La universidad secuestrada por mafias.
El reciente asesinato de un estudiante
dentro de la Universidad del Zulia ejemplifica las consecuencias
nefastas que ha traído sobre la vida académica el crecimiento de mafias
pseudoestudiantiles institucionalizadas. Estas mafias han venido ocupando y
saturando numerosos espacios dentro de las casas de estudio, sin que las
reiteradas denuncias de su podredumbre y violencia hayan conducido a que los
organismos competentes externos actúen para restablecer el orden; y peor aún:
sin que las autoridades universitarias mismas generen acciones administrativas
severas con las que se garantice la paz,
la convivencia y el desenvolvimiento de la academia dentro de las
universidades. En la actualidad, la universidad pública venezolana está sometida a mafias falsa-estudiantiles
que coaccionan y restringen todo el desempeño de la vida universitaria y que se
apropian, delictualmente, del gran parte del presupuesto asignado a nuestras
universidades. ¡Esto debe cesar ya!
a
El
vacío político gubernamental hacia las universidades. Ante
la ausencia casi absoluta de políticas y propuestas gubernamentales hacia estas
diez universidades conservadoras y las deficientes definiciones hacia todo el
sistema universitario, se hace urgente
la constitución del Consejo Presidencial de Universidades, Ciencia y
Tecnología, el cual estaría integrado por los colectivos de las diferentes
universidades del país comprometidos con la transformación universitaria
apegados al Plan de la Patria. Desde él
se abordaría, discutiría y aprobarían las líneas fundamentales de cambio
institucional, incluida la redacción de una propuesta de Ley de Universidades. También realizaría
procesos de evaluación institucional, académica y administrativa de todo el
sector universitario, sin excepción.
3) Sobre el eufemismo político-partidista de
FAPUV
Rechazamos, de manera categórica, la
paralización de actividades académicas promovida por la FAPUV en estas diez casas de estudio. El
eufemismo de «no reincorporación a clases»
ha afectado a más de trescientos mil estudiantes. Esta huelga afecta todas las funciones
esenciales del sector universitario (investigación, docencia y extensión) e
impacta negativamente en el estudiantado y en desarrollo de conocimiento. En una situación de crisis económica profunda
como la que atraviesa Venezuela, las universidades venezolanas deben abrirse al
debate y los procesos críticos de su propia esencia interna, deben buscar las
maneras de contribuir al crecimiento de nuestro aparato productivo y determinar
las múltiples facetas en que las facultades y escuelas pueden aportar al
cumplimiento del Plan de la Patria. La paralización de actividades académicas
cercena cualquier posibilidad de acción crítica y transformadora dentro de las
universidades y coarta su vinculación con el resto del país. Por ello, llamamos
a la comunidad universitaria, a sus estudiantes y profesores, a los
trabajadores administrativos y obreros, a mantener activa la vida académica de
la institución, a activar múltiples mecanismos legales para lograr el reinicio
de las actividades docentes y a presionar con la presencia en las aulas,
laboratorios, bibliotecas y pasillos universitarios para que nuestra alma máter
se mantenga viva y pueda avanzar en la creación de los valores, de la ciencia y
la tecnología necesarias para salir adelante en esta difícil hora que nos toca
enfrentar.
4) Hay que reconstruir a las
universidades
Todas las universidades venezolanas, especialmente las diez
instituciones conservadoras, requieren de una revolución interna. Como universitarios comprometidos con los
intereses de la nación y del pueblo trabajador, entendemos que nuestra labor
está orientada, principalmente, a facilitar las funciones sociales
fundamentales de formación, creación intelectual e interacción con las
comunidades establecidas por la LOE (art. 34), en atención al Plan de la
Patria. La labor universitaria debe apuntar a la búsqueda de la soberanía
científica y tecnológica y el pleno desarrollo humano. Ya sea mediante un
proceso Constituyente Universitario, un proceso de elaboración y debate de una
nueva Ley de Universidades u otros mecanismos que se propongan, es imperativo
avanzar hacia una profunda transformación de las universidades venezolanas si
queremos que ellas contribuyan de manera decisiva al proceso de construcción de
una sociedad soberana, emancipada, democrática, realmente plural, justa,
socialista. En ese norte comprometemos nuestro esfuerzo.
5) Contra el «Apagón pedagógico
global»
Los
universitarios revolucionarios de todo el mundo tenemos la tarea de
combatir el giro economicista hacia donde marcha la UNESCO; manifestado
ahora abiertamente luego del Foro Mundial de Educación realizado en Incheon,
Korea (26-05-2015). Observamos el riesgo que contiene para la perspectiva
humanista e integral de la educación, el renovado protagonismo de los llamados
«aliados» o «socios mayores», expresados en instancias financieras y económicas
globales. Estas instancias se consideran, a sí mismas, habilitadas para dirigir
la agenda educativa planetaria. No es casualidad, por ejemplo, que «la
pedagogía de las competencias» se haya convertido en un proceso de
homogeneización impulsado por organismos financieros como el Banco Mundial, al
cual se impone en todos los sistemas
educativos de los países como la panacea pedagógica. A ese proceso se le une
toda la batería de medidas neoliberales que han empobrecido a la clase
trabajadora, incluida la desrregulación laboral que ha llevado al empleo
precario y a los bajos salarios. Del mismo modo, también observamos la poca
participación de maestros, profesores e investigadores en los encuentros
educativos mundiales organizados por UNESCO como el Foro Mundial de Educación.
Por eso nos planteamos la necesidad de trabajar, de manera renovada, para
garantizar el derecho humano a la educación para todos, por una educación pública,
gratuita y de calidad; así como la recuperación de una educación que esté
guiada por las ciencias pedagógicas
humanistas y no por las lógicas del mercado.
NUESTRO COMPROMISO HISTÓRICO
Asumimos el compromiso de constituir un MOVIMIENTO NACIONAL DE UNIVERSITARIOS
BOLIVARIANOS, el cual se atreva a realizar el parto de las propuestas aquí
expresadas. Para ello iniciaremos un amplio debate en cada universidad a fin de
avanzar, democráticamente, en la construcción de la unidad y profundidad
política que permita hacer posible la transformación universitaria en función
del desarrollo socialista del país.
¡POR UNA UNIVERSIDAD DEMOCRÁTICA,
PARTICIPATIVA, PROTAGÓNICA Y EMANCIPADA!
En Caracas, cuna del Libertador, a los cinco días del mes de noviembre
de dos mil quince.
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